Nos duermen con cuentos
Viviremos, votaremos, haremos lo que podamos pero que no nos pidan creer sus cuentos miserables, su teatrillo de marionetas siniestras
Pocos se acordarán de aquel debate electoral en televisión al que Pedro Sánchez se negó a acudir si no era invitado también VOX, que entonces non tenía representación parlamentaria ni en otras administraciones. VOX era necesario para diseñar este juego representativo de la política. Sus posiciones son hoy dominantes en el conjunto de la derecha y su radicalización escénica crea un escenario político que nos obliga a escoger entre el mal absoluto y lo menos malo, que es el PSOE.
Dejo de lado que las políticas que luego aplica el actual gobierno, con la complicidad de las dos centrales sindicales orgánicas, sea la expresión de los intereses del IBEX. Siempre quedará el franquismo evidente que representa la derecha en el día a día de ayuntamientos y parlamentos autonómicos para que nos olvidemos que incluso en eso hay demasiada cercanía. Y si lo olvidamos siempre quedará la Ley Mordaza para que lo recordemos, so pena de ir presos por manifestarnos.
Del mismo modo nos calzan al bueno de Joe Biden y Kamala Harris, que es tan mujer, tan multiracial y tan progesista porque Trump es, evidentemente, no sólo un rancio sino un machista de libro. Toda la artillería de los lobbys de intereses que están detrás del Partido Demócrata, empezando por la CNN y la llamada “prensa liberal”, tan heroica en las películas, como el “New York Times” emiten desde Estados Unidos lo que reproducen aquí y acullá los medios de comunicación dominantes en los Estados Sumisos de la OTAN. Porque la administración Biden/Harris arrastró a la OTAN y a la dirigencia de la Unión Europea a una autodestructiva carrera contra Rusia y si gana Trump todos esos dirigentes y los lobbys organizados tras ellos con la panza para arriba.
Naturalmente tanto Harris como Biden apoyarán hasta el final a ese portaaviones sanguinario instalado en Palestina que se llama estado de Israel, ahí no hay diferencia pues Israel es un proyecto estratégico de EE.UU y los anglos, con sus estados rehenes detrás y una parte del dinero que EE.UU envía a Israel llega luego de vuelta a los bolsillos de Trump y Harris. Aunque resulte increíble la población norteamericana va a escoger con su voto a uno u otra política que está literalmente a sueldo de otro estado.
Este mal sueño en el que estamos encerrados no es “la realidad”, la realidad del mundo son también los BRICS y una África que acabará por despertar. Lo que es real es que lo que llaman “Occidente” es un espacio perverso y en vez de adormecer con dulzura el sueño de la infancia nos duermen con cuentos.
“Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos”, escribió bien León Felipe.
Viviremos, votaremos, haremos lo que podamos pero que no nos pidan creer sus cuentos miserables, su teatrillo de marionetas siniestras.